Este aparato es la prueba más exigente de la gimnasia femenina. Combina una buena condición física, la acrobacia y la forma dinámica de la gimnasta.
El salto dura entre cuatro y cinco segundos, con lo que no será un ejercicio en el que se ponga a prueba la resistencia.
Este aparato requiere, no obstante, una técnica muy depurada, ya que en un solo salto la gimnasta tiene que demostrar su fuerte condición física, su habilidad y su valentía. En el salto, la posibilidad de lesiones es más alta que en los demás aparatos.
La progresión en el salto es lenta y ha de estar sujeta a un riguroso control por parte del entrenador. No se consigue dominar esta prueba sin una cuidada labor a lo largo de los años, en una de las más difíciles en la gimnasia femenina.
Los hábitos técnicos se pueden enseñar pronto y hay que esperar al desarrollo físico de la gimnasta, para empezar a competir con saltos difíciles. El desarrollo moderno del salto ha dependido por igual del aparato en sí y del trampolín.
Actualmente los trampolines son mucho más elásticos y proporcionan más energía para la impulsión de la gimnasta. Ante esta evolución del material, se ha hecho más importante conseguir una alta velocidad en el momento de la batida, con lo que ahora cobra mayor importancia la carrera.
Años atrás, se botaba sobre trampolines muy duros, en estas condiciones las gimnastas hacían el salto con mucho apoyo de brazos y a veces no hacía falta una carrera de 25 metros. Hoy día la carrera es una parte importantísima del salto.
La metodología del salto se aplica por partes, cada una de ellas, en un total de siete, tiene un método especial de aprendizaje, de tal forma que se perfeccionan independientemente y más tarde se unen para formar un todo.
Estas siete partes son muy importantes para el análisis de los detalles de la técnica. Es fundamental ir aprendiendo cada parte por separado antes de intentar el salto completo.
Vamos a considerar con atención y detenimiento, la primera parte del salto:
La Carrera
La longitud de la carrera es de 25 metros, es una buena distancia para coger velocidad y energía para conseguir llegar a hacer un buen salto.
Las consideraciones que enumeramos a continuación deben de servir de guía al entrenador a la hora de valorar la carrera de sus gimnastas.
Una carrera con buen estilo tiene que ser asimétrica entre brazos y piernas.
Los pies deben ir paralelos a la línea de carrera y se debe de correr sobre las puntas de los pies, sin apoyar los talones.
La cabeza ha de estar en línea recta con el cuerpo y los codos doblados cerca de éste.
Cada gimnasta tiene su distancia de carrera óptima, y viene determinada por la longitud de sus pasos, estructura corporal y condición física.
Los saltos de rondada suelen tener menos pasos de carrera que los saltos donde se entra de frente al caballo de saltos.
La gimnasta deberá recorrer los últimos 3 o 4 pasos con su propia inercia, ya que en estos últimos instantes debe prestar atención a la batida sobre el trampolín.
Ejercicios para mejorar la carrera