Alicia Fernández

Fillo, tú me descubriste la GIMNASIA ARTÍSTICA.

Gracias a ti me enamore del deporte más bello del mundo, hiciste de mí no solo una gran gimnasta a la que enseñar a volar en la barra, las paralelas… también me enseñaste valores incalculables que a día de hoy son un referente en mi vida. Valores como la lucha, el esfuerzo la constancia, el sacrificio, la empatía, me ensañaste a levantarme mil una vez después de cada caída.

Nunca olvidaré aquel año en el que me llevabas cada mañana a rehabilitación, creías en mí cuando yo daba todo por perdido, y más tarde, cada tarde cuando me enseñaste a caminar de nuevo. Gracias a ti recupere la ilusión perdida después de aquella lesión en el Aquiles, recuperaste mi gimnasia, nuestra gimnasia, e hiciste una Alicia capaz de lograr todos sus sueños.

No tengo ni un solo recuerdo de mi infancia y mi juventud en el que no estés y lo mejor es, que después de la gimnasia has estado en todos mis momentos, en los buenos y en los malos, como cuando te ponías debajo de las paralelas dándome seguridad protegiéndome de las caídas y los fallos.

Te llevo conmigo a cada pasito que doy porque al igual que la llama olímpica nunca se apaga lo que tú me has dado y me das, nada ni nadie lo puede apagar.

Doy gracias a la casualidad por haberte puesto en mi camino, me siento afortunada por cada vivencia que hemos compartido, entrenos, lesiones, ilusiones, convivencia, viajes, objetivos, risas…. Eres mi ejemplo y tienes mi admiración.