Mi vida fue y es la gimnasia, y solo gracias a ti puedo ver hasta los momentos más amargos como lecciones y recuerdos que me han hecho ser quien soy hoy.
Gracias a ti aprendí que por muy abajo que estés, siempre se puede continuar.
Confiaste en mí cuando nadie, ni yo misma lo hacía, estuviste a mi lado cuando lo único que quería era desaparecer de la gimnasia, cuando todos mis miedos me superaban, pero en lugar de dejarme ir, me hiciste fuerte, me llevaste hasta arriba, y me devolviste la ilusión, y con ello, las ganas de superar todo aquello que me frenaba.
Me hiciste llegar a la meta con que todo deportista sueña, representar a tu propio país, y esto es algo que todavía no puedo llegar a describir.
Fuiste, eres, y siempre serás la persona a la que más admiro, la persona que deseo que permanezca a mi lado, y la persona que a día de hoy sigue emocionándose con cada pequeño logró que consigo