Queridas gimnastas,

Con estas líneas quiero daros mi total agradecimiento a vuestra entrega, a vuestro apoyo y vuestro cariño.

Gracias por estar ahí cuando comienza un nuevo reto en mi vida, fuera de los ciclos competitivos, algo que se me está haciendo muy difícil.

Nuestras vidas siempre han estado unidas por nuestras vivencias deportivas, y personalmente la gimnasia a mí me lo ha dado todo. Me ha enseñado a vivir, y he sido feliz viendo cómo tomabais el mismo camino, autodisciplinándoos voluntariamente y luchar cada día por conquistar nuevos elementos técnicos intentando vencer la gravedad.

Habéis dado muchos días de éxito y felicidad que compensan con creces todos los malos momentos que también hemos tenido que vivir, la otra cara de la moneda, la parte invisible de vuestros grandes logros y triunfos, que han sido vuestras infortunadas lesiones, junto con los duros procesos de recuperación y vuelta a empezar. Estos momentos de vuestra lucha por volver a la élite, que realmente os han curtido y os han enseñado tanto.

Vino el reto de hacer historia en la gimnasia femenina, los deseos de perfeccionar más el entrenamiento, y el estilo de competir arriesgando al límite. Esa búsqueda de la excelencia nos ha permitido añadir nuevos elementos que nos han llevado al más alto nivel de la gimnasia mundial.

Vuestra gimnasia ha sido poesía en movimiento, ese sentimiento se desbordaba en vuestras articulaciones dibujando poemas motrices en los aparatos gimnásticos que han impresionado las retinas y las memorias de los que pudimos disfrutar de vuestra gimnasia, una gimnasia que nunca se olvidará.

Os deseo todo lo mejor para vuestro futuro en compañía de vuestra familia. Que vuestra vida sea tan plena como la carrera deportiva que habéis vivido. Que la suerte, el éxito y la felicidad sean vuestros compañeros de viaje.

Una vez más, gracias por la felicidad que me habéis dado cada día y mil palabras más que os transmito siempre con las manos empolvadas de magnesia, que son más profundas y comunicativas que estas palabras escritas, que no alcanzarán a expresar tanto como vuestro lenguaje natural, LA GIMNASIA.

Jesús Carballo